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Dios le bendiga. Bienvenido a la página oficial del Ministerio Alma de Dios y en este blog encontrarás los estudios biblicos más importantes que usted deberá leer como creyente en el Verdadero Evangelio. Somos creyentes de Jesucristo guardándonos de todas las inmundicias que trae consigo la Apostasia inminente de la que habla Jesús en Mateo 24. Hagamos como los hermanos de Berea, siendo atalaya de su evangelio a miles de creyentes que no conocen la correcta doctrina bíblica.

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Por quiénes probó Jesús la muerte

Hebreos 2:9
Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos.

¿Por todos?
Así que mi pregunta es esta: "¿Por quiénes probó Jesús la muerte?" Pregúntele a 100 cristianos evangélicos  y 95 dirán, probablemente: "Por todos". Y hay algo saludable en esa respuesta, y también algo enfermizo. Lo saludable es que no es una respuesta elitista, exclusivista, o sectarista. Tiene un ojo puesto en el mundo. Quiere que todos disfruten el perdón de pecados que disfrutan los creyentes. No es una respuesta estrecha y limitada a sus sentimientos.

Trata de expresar la verdad bíblica de que de tal manera amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito para que todo aquel que en el crea, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16). Es saludable y bueno creer que todo el que tiene fe (no importa de qué raza, o educación, o nivel intelectual, o clase social, o religión previa), todo el que ponga fe en Jesucristo es justificado y acepto delante de Dios por la sangre derramada de Jesús. Es saludable y correcto creer que nadie puede decir: "Realmente quiero ser salvo mediante la fe en Jesús, pero no puedo porque Él no murió por mí". Nadie puede decir algo así. No hay una sola persona, que crea verdaderamente, por la cual Jesús no haya probado la muerte.

Hay muchas razones por las que esta respuesta (que Jesús probó la muerte por todos) es una señal de salud espiritual. Una de las razones más obvias está justo aquí en nuestro texto, Hebreos 2:9:

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco inferior a los ángeles, es decir, a Jesús, coronado de gloria y honor a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos.

La respuesta que el 95% de los evangélicos darían es una señal saludable de un deseo de decir lo que la Biblia dice.

Pero decir lo que la Biblia dice, y expresar lo que la Biblia expresa, no es necesariamente lo mismo. Es por esta razón que dije que hay algo saludable en responder a la pregunta: "¿Por quiénes probó Jesús la muerte?", diciendo: "por todos". Lo que no es saludable en esa respuesta es, primeramente, que es incorrecta. Pudiera no estar equivocada. Depende de qué quiere decir usted al dar esa respuesta. Lo enfermizo es que no logra expresar lo que Jesús realmente alcanzó con su muerte. Asume que todos sabemos lo que Él logró y que lo logró para todos de la misma forma. Esto no es saludable, porque no es cierto. Mi suposición es que la mayoría en ese 95% quienes dicen que Jesús murió por todos, tendrían dificultad para explicar qué es lo que realmente logró la muerte de Jesús para todos (especialmente, ¿qué logró para los que rehúsan creer y van hacia el infierno?)

Entonces, ¿Por qué no todos son salvos?
En otras palabras, no es saludable decir que Jesús probó la muerte por todos y no saber qué logró Jesús realmente al morir. Suponga que usted me dice: "Creo que Jesús murió por todos", y yo le respondo: ¿Por qué, entonces, no todos son salvos?" Su respuesta sería, probablemente: "Porque tienes que recibir el don de salvación; tienes que creer en Cristo para que su muerte cuente para ti". Estoy de acuerdo, pero entonces digo: "Entonces, ¿usted cree que Cristo murió por personas que le rechazarían e irían al infierno de la misma forma en que murió por los que le aceptan y van hacia el cielo?" Usted dice: "Sí, la diferencia es la fe de los que van al cielo. La fe te conecta con los beneficios de la muerte de Jesús".

Hay muchos problemas aquí. Solo mencionaré uno. Y permaneceré en él porque, si esto es lo que usted cree, entonces está perdiéndose las profundidades del pacto de amor que Dios tiene para usted en Cristo, interpretándolo como el mismo amor que tiene por los que le rechazan. Y usted está, de una manera seria, descuidando "una salvación tan grande" lo que, como vimos en Hebreos 2:3, no debemos hacer. Hay una grandeza en ser amados con el amor del Calvario, una grandeza que usted nunca conocerá si cree que Cristo amó y entregó su vida por los que están en el infierno de la misma forma que por usted.

Sería como si una esposa insistiera que su esposo la ama y se sacrifica por ella de la misma forma en que ama y se sacrifica por todas las mujeres del mundo. Pero, de hecho, Pablo, el apóstol, dice en Efesios 5:25-27:

Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.

Es esto lo que queremos expresar cuando decimos que Él murió por la iglesia, su esposa. En otras palabras, hay un pacto precioso e inmensurable de amor entre Cristo y su novia que le llevó morir por ella. La muerte de Jesús es diferente para la novia de Cristo que para los que perecen.

Este es el problema de decir que Cristo murió por todos, de la misma forma en que murió por su novia. Si Cristo murió por los pecados de los que al final se pierden, de la misma forma en que murió por los pecados de los que al final son salvos, entonces ¿por qué son castigados los que se pierden? ¿Fueron cubiertos sus pecados y cancelados por la sangre de Jesús? ¿o no? Los cristianos dicen: "Cristo murió por nuestros pecados" (1ra a los Corintios 15:3). Y lo que queremos decir es que su muerte pagó la deuda que crearon esos pecados. Su muerte quitó la ira de Dios de sobre mí. Su muerte levantó la maldición que había sobre mí por causa de la ley. Su muerte compró un cielo para mí, ¡Su muerte, realmente, logró todas esas cosas!

Pero, ¿qué implicaría decirle a un incrédulo en el infierno, que Cristo murió por sus pecados? ¿Le estaríamos diciendo que fue pagada la deuda por sus pecados? Si así fuera, ¿por qué está pagando nuevamente en el infierno? ¿Le estaríamos diciendo que la ira de Dios fue quitada? Si así fuera, ¿por qué es que la ira de Dios está siendo derramada sobre él en castigo por sus pecados? ¿Le estaríamos diciendo que le fue quitada la maldición de la ley? Si así fuera, ¿por qué está llevando su maldición en el lago de fuego?

Una respuesta posible es: pudiera decirse que la única razón por la cual las personas van al infierno es el pecado de rechazar a Jesús, y no por todos los otros pecados de su vida. Pero eso no es cierto. La Biblia enseña que la ira de Dios viene sobre el mundo, no solo porque ha rechazado a Jesús, también por sus muchos pecados que no son perdonados. Por ejemplo, en Colosenses 3:5-6, Pablo se refiere a "la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia", y luego dice: "Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas". Así que las personas que rechazan a Jesús serán, en realidad, castigadas por sus pecados específicos, no solo por rechazar a Jesús.

¿En qué sentido probó Jesús la muerte por una persona en el infierno?
Por tanto, regresando al problema: ¿en qué sentido probó Cristo la muerte por sus pecados? Si todavía son culpables por sus pecados y aun sufrirán el castigo por sus pecados, ¿qué sucedió en la cruz por sus pecados? Quizás alguien utilizaría una analogía. Pudiera decir: Cristo adquirió su ticket para el cielo, y se los ofreció gratuitamente, pero ellos no lo quisieron, y es por eso que están en el infierno. Y en parte tendría razón. Cristo sí ofrece gratuitamente su perdón para todos, y cualquiera que lo reciba como el tesoro que es, será salvo por la muerte de Jesús. Pero el problema con la analogía es que la adquisición del ticket para el cielo es, en realidad, el perdón de los pecados. Pero lo que hemos visto es que los que rechazan el ticket son castigados por sus pecados, no solo por rechazar el ticket. Y entonces, ¿qué sentido tiene decir que sus pecados son cancelados? Sus pecados les llevarán a la destrucción y les impedirán ir al cielo; así que sus pecados no son realmente cancelados en la cruz, y por tanto no habían adquirido el ticket.

El ticket para el cielo que Jesús obtuvo por mí, mediante su sangre, es la limpieza de todos mis pecados, cubriéndolos, llevándolos sobre su propio cuerpo, para que nunca me lleven a la destrucción, nunca más podrán ser traídos sobre mí, nunca. Es lo que sucedió cuando Él murió por mí. Hebreos 10:14 dice: "Porque por una ofrenda Él ha hecho perfectos para siempre a los que son santificados". ¡Perfectos delante de Dios para siempre, mediante la ofrenda de su vida! Significa que Él murió por mí. Hebreos 9:28 dice: "así también Cristo, habiendo sido ofrecido una vez para llevar los pecados de muchos" Él llevó mis pecados. Él realmente los llevó (vea Isaías 53:4-6). Él realmente sufrió por ellos. Ellos no pueden, y no caerán sobre mi cabeza en juicio.

Si usted me dice, entonces, que en la cruz, Cristo solo realizó por mí lo que realizó por los que sufrirán en el infierno por sus pecados, entonces usted desnuda a la muerte de Jesús de su efectivo éxito actual a mi favor, ¿y con qué me deja?, con una expiación que ha perdido su precioso poder asegurador de que mis pecados realmente fueron cubiertos y que la maldición realmente fue levantada, y que la ira de Dios realmente fue quitada. Ése es un alto precio a pagar para poder decir que Cristo probó la muerte de la misma forma por todas las personas.

No creo que la Biblia nos mande o, de hecho, nos deje decir que Cristo murió por todos de la misma forma. Y el contexto de Hebreos 2:9 es un buen lugar para mostrar que la muerte de Cristo tenía un propósito o designio especial para el pueblo escogido por Dios, no para otro pueblo.

¿Qué quiere decir "todos"?
Al final del versículo 9, el escritor dice que Cristo vino "para que por la gracia de Dios probara la muerte por todos". La pregunta es si "todos" se refiere a cada ser humano sin distinción, o si se refiere a todos en un grupo específico. Como cuando digo "¿están todos presentes?" No me refiero a todos en el mundo. Me refiero a todos en el grupo que tengo en mente. ¿Cuál es el grupo que el escritor tiene en mente: toda la humanidad sin distinción, o algún otro grupo?

Dejemos que él responda mientras seguimos sus pensamientos en los siguientes versículos. El versículo 10 es el apoyo para el versículo 9: Cristo probó la muerte por todos "Porque convenía que aquel para quien son todas las cosas y por quien son todas las cosas, llevando muchos hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio de los padecimientos al autor de la salvación de ellos". En otras palabras, inmediatamente después de decir que por la gracia de Dios Cristo probó la muerte por todos, el escritor explica que el propósito de Dios en este sufrimiento era llevar "muchos hijos a la gloria". Así que los versículos 9 y 10 van juntos así: Cristo probó la muerte por todos, porque a Dios le convenía que la manera de llevar a sus hijos a la gloria fuera mediante los padecimientos y la muerte de Cristo.

Esto significa que el "todos" del versículo 9, probablemente se refiere a cada uno de los hijos que son llevados a la gloria en el versículo 10. En otras palabras, el designio de Dios -el propósito y la meta de Dios- al enviar a Cristo a morir, era llevar particularmente a sus hijos, del pecado y la muerte y el infierno, hacia la gloria. Él tenía puesto un ojo especial sobre sus propios hijos elegidos. Es exactamente lo que dice el evangelio de Juan en el 11:52, que Jesús moriría "para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos". Estos "hijos de Dios", por quienes Cristo murió para reunirles, son los "hijos" a quienes Dios está llevando a la gloria mediante la muerte de Cristo en Hebreos 2:10.

Esto también puede verlo en los versículos siguientes. Versículos 11 y 12:

Porque tanto el que santifica [entiéndase: Cristo] como los que son santificados [los hijos que él lleva hacia la gloria], son todos de un Padre; por lo cual Él no se avergüenza de llamarlos hermanos, diciendo [en el Salmo 22:22]: ANUNCIARE TU NOMBRE A MIS HERMANOS, EN MEDIO DE LA CONGREGACION TE CANTARE HIMNOS.

En otras palabras, los hijos que Dios está llevando a la gloria mediante la muerte de Cristo son ahora llamados hermanos de Cristo. Fue por cada uno de ellos que Cristo probó la muerte.

El versículo 13 continúa y les llama, no solo hermanos, también en otro sentido, hijos de Cristo:

Y otra vez: YO EN EL CONFIARÉ [la confesión de fe de Cristo acerca de su Padre y junto a sus hermanos]. Y otra vez: HE AQUI, YO Y LOS HIJOS QUE DIOS ME HA DADO.

Fíjese, los hijos que son llevados a la gloria, mediante la muerte de Cristo, son ahora llamados los hijos que Dios le ha dado a Cristo. Ellos simplemente no se volvieron hijos al escoger a Cristo. Dios extiende su favor sobre ellos y les trae a Cristo (y los entrega a Cristo). Y por cada uno de ellos probó la muerte y les llevó a la gloria. Esto es exactamente lo que Jesús dijo de sus propios discípulos en la oración de Juan 17:6: He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste". Así que la imagen que tenemos es la de un pueblo escogido, a quien el Padre, por su gracia, entrega a Jesús como hijos.

Vea entonces cómo los versículos 14-15 relacionan el propósito de la encarnación y la muerte de Cristo con este grupo de hijos escogidos:

Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre [en otras palabras, como aquellos que le fueron entregados al Hijo por el Padre tenían naturaleza humana], Él igualmente participó también de lo mismo [de la naturaleza humana], para anular mediante la muerte el poder de aquel que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo, y librar a los que por el temor a la muerte, estaban sujetos a esclavitud durante toda la vida [es decir, cada uno de estos hijos y hermanos que Dios le había dado para que los llevara a la gloria mediante su muerte].

Así que aquí la razón dada para la encarnación y la muerte de Jesús (en el versículo 14) es que los "hijos" participaban en carne y sangre. Es por esta razón que Cristo tomó forma de carne y sangre. Y los "hijos" según el versículo 13, no son los humanos en general, sino hijos que Dios ha dado a Jesús. Y por esa razón el designio total y el propósito de la encarnación y muerte de Jesús era llevar a la gloria a los hijos, los hermanos, los niños, que Dios había dado a Jesús.

Su fe fue comprada por la muerte de Cristo

Ahora me detendré aquí en nuestro texto, aunque podríamos continuar por el resto de este capítulo mostrando que el propósito de Dios en el envío y muerte de Jesús era lograr algo definido para sus hermanos, sus hijos, los que Dios le había entregado del mundo. Pero me detendré y concluiré con una aplicación.

No estoy interesado, en lo más mínimo, en ocultar el infinito valor de la muerte de Cristo para todos. Que se conozca y se escuche claramente: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él [lo digo de nuevo, para que todo aquel que cree en Él], no se pierda, mas tenga vida eterna". Cristo murió para que todo aquel (en este salón en esta mañana) que cree en Él no perezca sino que tenga vida eterna.

Y cuando usted cree como debe creer, descubrirá que su fe, como todas las otras bendiciones espirituales, fue adquirida por la muerte de Cristo. El pecado de la incredulidad fue cubierto por la sangre, y por tanto, el poder de la misericordia de Dios fue liberado a través de la cruz para subyugar nuestra rebelión y traernos al Hijo. Usted, mediante la fe, no hizo que la cruz fuera efectiva en su vida. La cruz se hizo efectiva en su vida cuando ella compró su fe.

Por tanto, gloríese en esto, cristiano. Gloríese porque sus pecados fueron cubiertos cuando Jesús probó la muerte por usted. Gloríese porque su culpa fue eliminada cuando Jesús probó la muerte por usted. Gloríese porque la maldición de la ley fue verdaderamente levantada, y porque la ira de Dios fue realmente quitada, y porque la preciosa fe que le une a usted con todo este tesoro en Cristo, fue un regalo comprado por la sangre de Cristo.

Cristo probó la muerte por todo el que tiene fe. Porque la fe de todo el que cree fue comprada por la muerte de Cristo.

Si quiere meditar un poco más en este asunto vea:

1ra a Timoteo 4:10
Efesios 5:25-27
Tito 2:14
Juan 10:15; 11:52; 17:6, 9, 19
Hechos 20:28
Apocalipsis 1:5; 3:9; 5:9
Romanos 8:28-32
1ra de Juan 2:2 (compare John 11:52)
2da de Pedro 2:1

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